EN EL CAMINO, YA SE SABE
Vivir es elegir o descartar, según se mire.
También crear es tomar un camino entre muchos o el único del que disponemos. ¿Cuál elegimos? ¿El camino de la gloria o el que conduce al infierno? ¿El camino de rosas o el sembrado de minas? ¿El caminito que el tiempo ha borrado o en el que, aseguran, reside la felicidad cuando creemos dirigirnos a ella? ¿El camino de la alegría o de la perdición? ¿El camino más transitado que nos lleva a lugares comunes o el sendero vacío que nos conduce hacia lo incierto?
Los caminos de la creación son inescrutables y están plagados de trampas y oportunidades, de errores y puntería, de éxitos y palmaditas envenenadas en la espalda, de puertas que se abren y ventanas cerradas de cristal blindado, de excelencia y buenas intenciones, de autoexplotación y procrastinación, de resiliencia y desídia, de complicidades y miradas por encima del hombro, de cafés en vasos de cartón y bocadillos al final del ensayo, de ayudas que llegan tarde y de madres costureras al pié del cañón, de visitas a los rastros y al armario de la abuela, de techos de cristal y arenas movedizas.
A menudo esos caminos desembocan en encrucijadas pero siempre hay una línea de fuga o vía de escape, que vienen a ser lo mismo: un camino.
Dicen que la vía más corta que separa al sueño de la realidad es el arte pero nadie se atrevió a decir que ésta fuera la más fácil.
Definitivamente, arrieritos somos y en el camino ya se sabe.
Sonia Alejo
Obrera del teatro y Presidenta de AVEET. (Asociación Valenciana de Escritoras y Escritores Teatrales